Especial cuidado hay que tener con la piel de los niños y las personas de mayor edad, porque los rayos ultravioleta pueden ser perjudiciales e incluso causar trastornos en la piel. El sol posee efectos beneficiosos, pero también negativos. Hay que saber que tomar mucho sol envejece antes la piel y cambia su textura. Los rayos ultravioleta son dañinos. En días soleados y sin nubes la acción y potencia de estos rayos aumenta. Pero incluso en días nublados no debemos confiarnos, porque los ultravioletas atraviesan las nubes. El riesgo es mayor a ellos cuanto más nos exponemos al sol. Los rayos ultravioleta se reflejan en la nieve, la arena, el cemento y el agua. Por eso, incluso en invierno, en zonas nevadas, hay peligro de daños en la piel, si no se tiene el cuidado adecuado. Un factor a tener en cuenta es la hora a la que nos exponemos al sol. Entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde se encuentran las horas más peligrosas en cuanto a exposición solar.
Insolaciones, quemaduras, problemas oculares, envejecimiento de la piel, alteraciones inmunitarias,… Y lo más grave, el cáncer de piel. Los rayos ultravioleta atraviesan con su fuerza nubes, camisetas finas y sombrillas. Aunque usarlas ayuda a que pierdan fuerza por el camino. Para protegernos de los rayos ultravioleta debemos usar gorras, sombrillas, gafas de sol y ropa adecuada. Hay que ponerse protectores solares de acuerdo al tipo de piel de cada uno, para pieles claras, medias u oscuras, dependiendo de la edad usar un factor más elevado, sobretodo para los niños y los más mayores. Además, hay protectores solares específicos para la cara y los labios. En la actualidad, en determinados lugares, ya se venden incluso sensores para los rayos ultravioleta, en forma de tarjeta, llavero o pin, entre otros. Todo lo necesario para cuidar nuestra piel lo tenemos a nuestra disposición. Solo hace falta usarlo adecuadamente y disfrutar de las vacaciones y el tiempo de ocio al aire libre.